Las playas de Almería ofrecen una increíble diversidad de paisajes, desde largas extensiones de arena dorada hasta pequeñas calas escondidas entre acantilados. Durante los meses de verano, miles de visitantes se acercan al litoral almeriense en busca de aguas cristalinas y entornos naturales únicos. Algunos de estos rincones, como la playa de los Muertos o la de los Genoveses, aparecen año tras año en los rankings de las mejores playas de España. Sin embargo, existen otros lugares menos conocidos, auténticos paraísos vírgenes que han conseguido mantenerse al margen de la masificación turística. Se trata de la cala del Peñón Cortado, un rincón de extraordinaria belleza en el término municipal de Cuevas del Almanzora. Con apenas 110 metros de longitud y 15 metros de ancho, esta pequeña playa ofrece un paisaje de una pureza asombrosa. Su arena oscura, mezclada con guijarros, contrasta con las aguas cristalinas que bañan la orilla. Es un entorno completamente virgen, donde la única sombra proviene de las cuevas naturales que se abren en las paredes rocosas que la rodean. Para los amantes de la exploración, hay una pequeña cueva que conecta con otra cala aún más recóndita, añadiendo un toque de aventura a la visita.

Llegar hasta este pequeño paraíso requiere algo de esfuerzo. Desde la ciudad de Almería, el trayecto en coche dura aproximadamente una hora y quince minutos por la A-7. Una vez en la carretera AL-7107, es necesario tomar un desvío de tierra señalizado con el nombre de la cala. El camino lleva hasta una explanada donde se puede estacionar el vehículo. Desde allí, hay que descender a pie por un pequeño acantilado hasta la playa, un recorrido que, aunque no es largo, requiere cierta precaución
Para quienes buscan escapar del bullicio de las playas más concurridas y adentrarse en un entorno natural intacto, la cala del Peñón Cortado es una opción inmejorable. Su belleza salvaje, sus aguas tranquilas y la tranquilidad que ofrece la convierten en uno de los tesoros ocultos de la costa almeriense.